lunes, 28 de febrero de 2011

Un mundo sólo nuestro

Y qué me dirías si te digo que vengo a cambiar tu mundo y el mío, que a partir de hoy nada será igual, que serán todo besos, caricias, abrazos, decir infinitas veces te quiero, que no habrá enfados, que todo será perfecto. Yo sólo puedo decirte bienvenido a mi vida, y que ahora tendré una razón más para despertarme cada día con una sonrisa y decirle al mundo que hoy vengo a ser feliz. A partir de ahora me dará igual lo que piense la gente, me reiré todo el rato sin ninguna razón y gritaré de euforia porque sí , y que me da igual quedarme embobada mirando un punto perdido con una sonrisa tonta, porque por fin me toca a mí, por fin...

viernes, 25 de febrero de 2011

Donde duele inspira.

Cuando no tienes ganas de nada, cuando te falta inspiración, cuando le das vueltas a las cosas para ver si hay algo nuevo, algo mínimamente pequeño que te ayude a concentrarte para expresar lo que sientes. Sólo en ese momento te das cuenta de que donde duele inspira. La mayoría de textos son sobre amor no correspondido, un mal día, depresiones, tristezas... Muchas veces sirven para convencerte a ti mismo de que puedes avanzar, que tienes que seguir adelante y no hundirte.
Hasta que te das cuenta de que eso se tiene que acabar, que tienes que ser feliz de una maldita vez por todas, pero hay una voz en tu interior que te reconcome, que te dice que no lo conseguirás, que seguirás mal... Y sólo por el hecho de hacer callar esa voz, escribes.
Te pasas horas y horas delante de la pantalla para ver si te sale algo que realmente valga la pena mostrar, incluso a veces te imaginas como sería tu vida si hubiera pasado algo, o si no hubiera pasado, si no hubieras conocido a esa persona, o hubieras conocido a esa otra más profundamente, y así es como escribes situaciones en las que te gustaría estar, o que no...
Algunas veces incluso,  sólo para inspirarte, recuerdas a esa persona que se fue, esa persona que cada vez que ronda tus pensamientos hace que las lágrimas estén al borde del suicidio cayéndose por tu cara, o también recuerdas que no tienes a ésa persona, y te duele, pero te inspiras y escribes. En esas ocasiones es cuando escribir sólo sirve para remover las heridas, y así conseguir un texto con el que la gente te de la enhorabuena, y aunque a ti no te guste, te sientes orgulloso por haber conseguido que los demás piensen algo bueno de ti por una vez.

martes, 22 de febrero de 2011

Let's play together my favourite song.

Acompáñame a mi lugar secreto, donde poder conocerte, verte mejor. Trae tu guitarra y enséñame las notas que llevas dentro. Mírame y sonríe, no preguntaré el por qué, sólo hazlo.
Muéstrame que puedes hacer que la vida sea más fácil, más llevadera, más lenta, que contigo se puede saborear cada segundo, cada minuto, cada hora... Que no piensas, sólo actúas, vives. Enséñame que no te preocupa lo que piensen los demás, que te muestras tal y como eres, sin tabúes, sin complejos.
Y entonces rodéame con tus brazos, coge la guitarra y coloca mis dedos sobre cada uno de los trastes, guíame susurrándome al oído... y lentamente y sin prisas, enséñame a tocar mi canción favorita.

lunes, 21 de febrero de 2011

Sueños

Sueños son los que te impulsan a seguir algo, a levantarte después de una dura caída, los que te acolchan el suelo por si vuelves a caer. Los que te incitan a no mirar atrás, los que te aseguran que habrá algo mejor después de lo que estás viviendo ahora. Los que te ayudan a  no olvidar a esa persona que se fue hace tanto tiempo, los que te ayudan a imaginar situaciones que tu pequeña memoria no puede recordar. Los que te hacen ver la vida desde otra perspectiva, mucho mejor, o los que te ayudan a ver la realidad de las cosas. 
Son los que te hacen vivir en una nube, feliz, actuando espontáneamente, sin preocupaciones. Son los que hacen que la gente te mire como si estuvieras loca por sonreír sin ninguna razón.
Lo único que sé es que estoy hecha del material de los sueños.


martes, 15 de febrero de 2011

Cómo nueva.

Y sólo cuando te desahogues, cuando llores, cuando grites, cuando sueltes todo lo que lleves dentro, cuando le digas a esa persona todo lo que piensas sobre ella, cuando sueltes toda esa rabia que tienes acumulada ahogando a tu pobre peluche… Sólo cuando hagas eso te darás cuenta de que la vida es demasiado efímera para perder el tiempo amargándote, y entonces te reirás, y gritarás de euforia, serás feliz y los demás lo verán. Porque ya no tendrás esas preocupaciones, porque has aprendido a acoger sólo esas sensaciones que te hacen sentir bien, contenta contigo misma. Y en ése momento, sólo en ese, te darás cuenta de que la vida sí vale la pena.



domingo, 13 de febrero de 2011

You can't have everything


Hagas lo que hagas, la vida te dará opciones: una buena, maravillosa, fácil, de la que saldrás ganando, la que te hará ser feliz… Y una mala, difícil, complicada, que sólo te traerá problemas, que te hará pasarlo mal… Aunque, por muchas cosas buenas que tenga la primera, siempre elegiremos la mala, por encima de todo, porque nos gustan los retos, porque aborrecemos lo fácil, lo que no tiene gracia, lo que no nos hace luchar… Supongo que de aquí salen las depresiones, las épocas tristes, las ganas de llorar. Pero únicamente elegimos esa opción para tener un poco de acción en nuestras vidas, que nos saque de la terrible rutina que vivimos día a día y así pensar que algún día llegarán mejores épocas y que algún día alcanzarás lo llamado “felicidad”

Razones.

Quizá en algún lugar de mi mente se encuentre el por qué. Quizá sean tus ojos, tu pelo, tu cara, tu forma de mirar, tu sonrisa, tu forma de hablarme, de tratarme, de odiarme, de quererme, tu inmejorable forma de ponérmelo difícil. Quizá sea tu virtud de tener mil defectos, quizá sean tus cambios de humor o puede que sea porque pasas de mí. Sé que en algún lugar están las razones, una por una, aunque aún no las sepa. Lo que sí sé es que no puedo cambiarlo, aunque no me guste, aunque me arrepienta, aunque piense que te odie… Y esto es lo que me impulsa a escribir las que se suponen que serían las razones: no saberlas y que me preguntes por ellas.



La primera vez

La primera vez que te late el corazón, la primera vez que respiras, la primera vez que ves, que lloras, que te ríes. La primera vez que hablas, la primera vez que caminas, la primera vez que juegas. El primer día de colegio, los primeros amigos, la primera vez que creces más y más. La primera vez que vas al cine, la primera vez que montas en bici, la primera vez que pruebas un deporte diferente. La primera vez que dejas de ser pequeño. La primera riña, el primer suspenso, el primer castigo. El primer “amor”, el primer beso, la primera vergüenza. La primera vez que entiendes que no todo es cómo tu pensabas que era. La primera vez que después de caerte, te vuelves a levantar, la primera vez que tienes esperanzas, la primera vez que consigues superarte. La primera vez que te enamoras de verdad, el primer amor correspondido y el que no lo es, las primeras lágrimas de dolor. La primera vez que vives por ver a esa persona sonreír, la primera vez que haces el amor. La primera vez que vas convirtiéndote en adulto. El primer año de carrera, el segundo, el tercero, el cuarto… El primer trabajo, la primera hipoteca, la primera casa. El primer matrimonio, el primer hijo. El primer divorcio, la primera reconciliación. La primera vez que envejeces junto a alguien. La primera vez que sabes que has vivido. La primera vez que sientes que te queda poco en esta vida extraña…
Sólo las primeras veces son las importantes. Cada cosa que se repite, a no ser que consiga superar la anterior, no vale la pena.