martes, 8 de marzo de 2011

Me niego.

Te dicen que tienes que ser más responsable, que tienes que pensar más tus actos, tus respuestas, que tienes que controlar tus pensamientos y tu carácter porque te estás haciendo mayor. Y reflexionas. Y te acuerdas de cuando eras pequeña y querías ser mayor, para vivir tal y cómo veías que vivían las adolescentes de las típicas series americanas donde todos son felices. Pero ahora no, ahora recuerdas con nostalgia esas tardes que cualquier cosa te servía para imaginarte un mundo perfecto. Tu mundo. Dónde ponías tu las reglas, dónde elegías quién era ése y quién ese otro y que es lo que harían y lo que no. Y ahora que has crecido te das cuenta de que todo eso se ha perdido, que de cada vez te exigen más y que la vida se te está quedando grande. Y que esto es solo el principio de una vida llena de rutinas, obligaciones, dolores de cabeza, algún instante para una chispa de felicidad y  muy poca diversión. Me gusta soñar que no será así, y que será tal y cómo yo creía que sería a los 5 años, pero los sueños, sueños son. Personalmente, me niego a crecer.